Bella.

Bella.
Ricordi, sogni, felicità ...

martes, 21 de junio de 2011

En ese preciso momento, ella se giró para mirar a su alrededor. Era elevado el gran número de personas
que estaban allí, pero entre todo el gentío, solo una destacaba, solo una persona le interesaba. Era él. Aquella persona de la cual estaba enamorada, sería incluso capaz de dar su vida por él. Era la sonrisa de su día a día, para ella, a pesar de toda la gente, de todo el mundo, solo él existía para ella. Él era el rey y los demás los peones. 
Y entonces, comprendió, que su vida no tendría sentido sin él, sin sus abrazos y besos, sin sus tonterías y alegrías, sin su sonrisa y sus ojos. Se dió cuenta de que si no era él no era ninguno, de que no quería otra historia en su vida que tratase de amor, en la que él no estuviese con ella. 
Decidió, a partir de ese mismo instante, que su vida le pertenecia a él, de que todo su amor sería para él. Era lo más importante, lo único en lo que pensaba cada día, tanto al despertarse como al acostarse, cada segundo sin él era inmenso y angustioso. 
Ella no era sin él.

No hay comentarios:

Publicar un comentario