Bella.

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Ricordi, sogni, felicità ...

martes, 16 de abril de 2013

El enamoramiento.




        Una vez leí un artículo escrito por un médico llamado François Boisent y escrito en 1924, el tema fue el amor, enamorarse de alguien.
        Al principio, afirmaba Boisent, el enamoramiento tiene numerosas similitudes con procesos gripales: estado febril, dilatación de pupilas, palpitaciones, sudoración, temperatura alta y disminución de pensamiento periférico. El mal de amores cursa los primeros días como un catarro, pero a lo bestia, hasta que el paciente se habitúa a la presencia de la persona amada; después los síntomas en lugar de remitir como sucede en los procesos gripales se multiplican. El enamorado pierde el apetito, pasa las noches en vela, con gran ansiedad y se entrega al aislamiento y la soledad. Y aunque el paciente sabe lo que le está pasando no hay antibiótico ni antigripal que le alivie.La vida, sin la persona amada, se convierte entonces en un infierno.

        En función del organismo afectado su periodo de recuperación puede ser de unos días o convertirse en una enfermedad crónica. Un desasosiego para toda la vida.


        Me pareció interesante, es increíble cómo una persona puede sentir tantas cosas hacía otra y esa persona es capaz de hacer mucho daño o transmitir una gran felicidad. Después de leerlo, me hizo reflexionar y pensar, en que una persona que puede ser lo mejor de tu vida con el paso del tiempo, puede dejar de serlo para así, pasar a ser lo peor que podría haberle pasado.
        Estamos acostumbrados a los amores verdaderos, aquellos que siempre terminan con un final feliz, que superan todos los obstáculos, pero no nos dicen que eso, sólo ocurre en los cuentos de hadas y en el 40% de la sociedad actual. Ahora, la realidad es que más que amores verdaderos hay amores pasajeros, antes se podía ver los amores que abarcaban el período de la infancia hasta el actual, ahora tan sólo vemos como desde la “infancia” no hay un solo amor, sino, varios y ninguno verdadero, que para poder llegar al amor de los cuentos antes tienes que pasar por unos cuantos comiendo errores hasta encontrar tu acierto.

        No nos enseñan que no todo es tan bonito como parece, que la realidad es dura y hay que luchar siempre. Muchas personas después de cometer errores, especialmente en esta área, en el amor, les gustaría tener un manual o haber predicho el futuro para ver lo que había pasado, para ser capaces de evitar esto, pero no se dan cuenta de que sin esos errores no seríamos nosotros, no seríamos fuerte, no seríamos capaces de superar los obstáculos y no nos dejaríamos guiar por nuestros instintos y sentimientos que es lo que nos mantienen en nuestro mundo, vivos.


        ¿Por qué no cometer errores? Al final, te das cuenta de que cada obstáculo tan solo es una prueba que la vida pone en tu camino para ayudarte a ver la luz en situaciones negras. Como bien dijo una mujer: "Me hubiera gustado tener un manual para enfrentarme a la vida, pero con el tiempo me he dado cuenta que tienes que tener experiencias para aprender a vivir".


        No creo que haber conseguido evitarlo hubiese sido lo más correcto, ya que considero que los errores sólo son un paso hacia la madurez y la fuerza de voluntad, la confianza en sí mismo.


        Es vergonzoso ver a gente que dice que quieren suicidarse por un amor no correspondido o una historia con un final infeliz, cuando luego hay gente en situaciones peores que ruegan por vivir y seguir adelante. Es increíble que después de hechos horribles como el atentado en Boston, donde las piernas salían volando, donde fueron emputadas muchas partes del cuerpo de los afectados, querían seguir viviendo a pesar de todo, dando gracias por aún, tener un corazón latiendo que les permitiese vivir y no llorar por la pérdida de un amor y querer acabar con su vida, lloraban a excepción del dolor (algo lógico e indudable), de que su vida no había terminado. Por lo menos, desde mi punto de vista. Ya que supongo que todas esas personas lo único que les importaba era poder ver y estar junto a sus familiares, ya que eso es lo más importante que la vida nos proporciona.


        Por último, sólo me queda decir, que las cosas pequeñas, como este articulo del médico François Boisent, pueden hacernos pensar, hasta hacernos ver la vida desde otra perspectiva. Quedaros con la idea de que cada persona es la encargada de gobernar su vida y, al final, nosotros mismos somos los únicos que decidimos que pasos dar, aprender a apreciar las pequeñas cosas que pasan desapercibidas pero son magníficas, aprender que la vida no termina con un mal de amor, la vida termina cuando uno mismo decide perder su libertad, sus sentimientos y se comienza a regir por las leyes que al final lo único que se obtienen de ellas es un clima de violencia y el pesimismo. Y pensar que “después de la tormenta llega la calma”.








Fdo. Alba Gallego.

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