Es ese aroma en su piel, su cara al dormir, su voz y sus ojos los que hacen que mis días sean los más bonitos del mundo. Es él quien me ha enseñado a vivir y amar de verdad de una forma increíble e insuperable, al igual que inexplicable.
Ahora, puedo decir sin lugar a dudas que he encontrado al hombrecito más perfecto de mundo, después de 16 años y que encima, lo tengo yo, para toda la vida,mío.
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