Eres como la tormenta.
Como la tormenta viene
Sin que nadie se dé cuenta
Ni sepa quién la mantiene
Ni la inventa,
Así surges tú, te inflamas
Y de rebote en rebote
Te cruzas y te derramas y –sin que nadie te note
que me llamas-
me estás llamando y amando
y todo el cielo es estrecho
para tu clamor tronando,
para el ardor de tu pecho
calcinado.
Como la tormenta llegas
-tan azul que el cielo estaba-
Ensordeces, borras, ciegas.
Como la tormenta brava,
Te deshaces
Y me anegas.
Gerardo diego
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